miércoles, 2 de mayo de 2018


ORGANIZACIÓN SINDICAL


El poder de las organizaciones sindicales para transformar en forma eficaz las relaciones obrero – patronales, así como para participar en forma determinante de las grandes decisiones que se toman en la sociedad, descansa principalmente en su capacidad para representar al grueso de la fuerza trabajadora, esto es, para aumentar y retener a mujeres y hombres trabajadores en sus estructuras. En el mundo, aproximadamente 7 de cada 100 trabajadores ocupados se encuentran afiliados a una organización sindical, siendo para los países pertenecientes a la OCDE tal cifra de 17 y en el contexto latinoamericano de 15 por cada 100. En tanto, Colombia mantiene una densidad sindical anormalmente baja del 4,6% en relación a los más de 22 millones de trabajadoras y trabajadores ocupados en la economía. El sindicalismo local apenas ha sobrevivido a la acción combinada de la violencia antisindical, la actividad contraria a la libertad sindical de los empleadores y la incapacidad del estado para vigilar y proteger a las expresiones organizadas de las y los trabajadores, impidiendo la llegada a los sindicatos de al menos tres millones de afiliados y afiliadas, si tan solo consideramos la tasa de afiliación a sindicatos que el país acumulaba hacia principios de los años 80.
Una tendencia esperanzadora ha irrumpido en el país, pues el ciclo de treinta años de decrecimiento sostenido de la pertenencia a sindicatos ha empezado a mostrar un ascenso, desde 2010 se identifican al menos 188mil nuevos registros de trabajadores y trabajadoras afiliadas a sindicatos, esto, después de múltiples esfuerzos entre los cuales se destacan: denuncia en el concierto internacional de la violencia antisindical, la acción en escenarios como las conferencias anuales de la OIT y espacios de incidencia política en varios países, algunas garantías por vía de acuerdos paralelos a los TLC para la protección de derechos laborales y la libertad sindical, así como las campañas de afiliación acometidas por centrales y redes sindicales internacionales. No hay un único camino para lograr convertir a los trabajadores en una fuerza imprescindible en el concierto democrático nacional y nuevos esfuerzos deben sumarse para caracterizar el cambio en el contexto de la sindicalización en el país, por lo que urgen estrategias, espacios, recursos y decisión política de todos los niveles del sindicalismo para no conformarnos con el modesto aunque significativo crecimiento recientemente generado, en perspectiva de transformar el marco institucional y cultural de la negociación y el diálogo entre los actores del mundo del trabajo e incluso lograr a través de una agenda propia de transformaciones en materia laboral y sindical, aportar a la construcción de paz con derechos en medio del fin del conflicto armado.

La escuela de organizadores sindicales se propone en este contexto, aportar aprendizajes y herramientas sintetizadas por el sindicalismo local e internacional para traducir en resultados concretos y cuantificables las actividades que cotidianamente despliegan mujeres y hombres trabajadores en el país para hacer crecer la membresía a los sindicatos, considerando los cambios más recientes en el contexto nacional de sindicalización.

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